Sobre Jero Maldonado

Seleccionar obra adecuada, para exponerla casi de inmediato, entre la ingente producción inédita del pintor Jero Maldonado, es una tarea nada fácil, desde el momento en que hay que reservar - entre tanta carpetas y cuadernos de dibujo - quince o veinte imágenes de ritmos complementarios que lo representan ecléctica y cumplidamente. Un grupo de amigos artistas, en la hora del poniente que oscurece el jardín de su casa-museo, decide elegir esas pocas piezas, que él mismo extiende en el suelo, y las propone ahora como imagen actual y vívida del pintor con perfil cualitativo estable y descastado no solamente dentro de su generación, sino en la perspectiva regional posterior a los años 90.

Fragmento del texto de Angel Sánchez (22-01-04), "Alerta en las Esferas"

miércoles, 23 de septiembre de 2009

El universo de Jerónimo Maldonado

D Cada en el barrio de Vegueta y dirigida por el Departamento de Artes Plásticas del Cabildo Insular de Gran Canaria expone los trabajos recientes del artista canario Jerónimo Maldonado (Las "Palmas, 1963). Con más de una docena de piezas de gran formato y una buena muestra de sus últimos dibujos, enmarcados ambos dentro del amplio panorama de las corrientes figurativas de la pintura joven de nuestro país. Maldonado vuelve a acaparar de nuevo nuestra atención en virtud de su apuesta por la renovación de su propio lenguaje.
Foto de Andrés Solana para el Canarias 7
Este pintor grancanario se introduce en el mundo de las artes de la mano de la escuela Lujan Pérez. Más adelante, y concretamente a partir de 1986, participa en la interesante experiencia que supusieron los Talleres de Arte Actual impartidos por nombres destacados en el mundo artístico nacional como Jordi Teixidor, José Hernández, Joan Hernández Pijuán y en 1987 Nacho Criado. Su contacto con estos creadores fue vital en su formación.



A partir de 1988 hace su primera exposición importante titulada 2 Pasos. En ella nos introduce en un ambiente arbóreo donde la vegetación gozaba de una presencia absoluta. Sus plantas (nenúfares, ramas, enredaderas...) flotaban en un paisaje húmedo y vitalista que con un cierto aire de misterio nos abrumaba. Dos años después con Cercado del Silencio, se desvía de sus jardines humanizados para adentrarse en unos paisajes que dejaban intuir la existencia de un lugar despoblado, de una tierra virgen sin señas de habitabilidad pero ideal como lugar de retiro para la confrontación del sujeto consigo mismo.

En su última obra, A-su-lado, la naturaleza sigue cautivando a Maldonado, pero desde una perspectiva cósmica, recreándose en unos parajes estelares de armoniosa composición, donde su paleta queda reducida casi exclusivamente al color azul.

Si en las anteriores experiencias plásticas, se internaba en una naturaleza que no se alejaba en exceso de su punto de vista, en esta, la distancia entre el sujeto y el objeto se dilata casi hasta el infinito. Se adentra, por tanto, en un universo hipotético lleno de imaginación.

Maldonado dirige su mirada hacia arriba, hacia el cielo, un cielo nocturno iluminado por las estrellas y «hacia el sagrado mar», como diría Hólderlin, donde se intuye el origen de todo lo creado.

El color azul sugiere el cielo, el mar, el Universo; un Universo denso que refleja el paso de un tiempo que parece inmóvil y es sólo transgredido levemente por el lento movimiento de los planetas.

La continua aproximación a la luz nocturna, al claro de luna, a las estrellas sumergidas en un azul intenso, invade sus cuadros de materia lumínica. La reiteración del azul en esta serie adquiere un carácter simbólico. Maldonado manifiesta así su estado de ánimo melancólico pero sosegado y contemplativo.

En estos cuadros deja correr su imaginación y construye lugares altos, sus torres que sirven de observatorio para divisar, en la soledad del retiro, el cosmos y contemplar la esencia de las cosas.

Una de sus obras más sugestivas es La despedida, donde nos muestra una pequeña casa que se conecta con el cielo a través de una quebrada escalera. No deja de ser irónico querer alcanzar el firmamento de esta manera, sustituyendo la avanzada tecnología. Es entonces cuando todos le creemos. Insondable tal vez, pero no inalcanzable. Estamos seguros de que Maldonado estuvo allí y nos cuenta su experiencia, seduciéndonos con sus constelaciones más ciertas y reales que las observadas científicamente por los grandes telescopios, que además son carísimos. Con todo ello, reivindica un espacio subjetivo y utópico lleno de fantasía y sensibilidad.

Si las pinturas expuestas están provistas de una gran densidad narrativa, son los dibujos los encargados de generar un eficaz contrapunto.

Más de una veintena seleccionados entre cientos son una pequeña muestra del quehacer diario de este constante trabajador. Según él mismo cuenta, dibuja a todas horas. Se podría hablar incluso de un diario ¡lustrado lleno de referencias y anécdotas divertidas. «Menos de cinco minutos» ha tardado en realizar la mayoría de ellos; no nos ha de extrañar por tanto la frescura y espontaneidad de los mismos.

Trazos sueltos y espontáneos, pequeños collages con papel de periódico, mapas donde los países no se corresponden por ser tan arbitrarios como los establecidos. Estrellas con lunares, círculos dentro de círculos.

En uno de ellos un negro toca los bongos mientras no muy lejos alguien alivia su vientre en una exhibición salvaje. Los arcos horadados en sus torres nos dan idea de una escala ficticia, de unos edificios en forma de montañas o de templos que quizás están ahí para poder subir hasta lo más alto, mirar hacia arriba, hacia el Éter, y en una noche estrellada apartarse de todos,

El montaje de la exposición en la que yo misma colaboré junto a Francisco González, José Lirio y Luis Sosa ha intentado en todo momento manifestar la unidad que tiene toda la obra expuesta, cuyo azul traspasa el plano finísimo de la superficie del lienzo adentrándose también en las paredes de la sala de la galería.

Dos gruesos paneles azules situados en el suelo y una costelación suspendida en el techo nos introduce a la entrada de la sala en el universo cósmico de Jerónimo. Bandas de azul verticales en la planta baja y horizontal en alta señala la ubicación de los dibujos en el paramento potenciando su color claro frente al azul oscuro del fondo.

Seguramente Maldonado, creador infatigable, ya está pensando en su siguien-? te exposición pues el entusiasmo y buen hacer que ha derrochado en esta, nos da pie para confiar y apostar por su futuro trabajo.
Articulo realizado por CLARA MUÑOZ y publicado en Canarias 7 el Viernes, 1 de febrero de 1991





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1 comentario:

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Muchas gracias por colaborar con el blog de Jero Maldonado.

Saludos cordiales desde canarias